martes, 19 de abril de 2016

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El 27 de setiembre  de 1926 se procedió a la creación del “Centro de Propietarios de Ómnibus”, organización gremial destinada a defender los derechos e intereses de los permisarios y destinada a cumplir un papel fundamental en la historia del transporte uruguayo, con el fin de concretar un frente común para negociar con las autoridades.
Sus principales objetivos  eran:
. Establecer un servicio competente de ómnibus para el transporte de personas en la ciudad de Montevideo..  Distribución de coches según la demanda en las distintas líneas. 
. Propiciar este medio de transporte por ser seguro, rápido, cómodo y confortable.
. Establecimiento de un servicio regular a efectos de que los pasajeros tengan la seguridad de transporte. 
en los primeros meses de 1927, se reglamenta el servicio de trasbordo en caso de accidente y/o roturas.
En este período, la presidencia del Centro es ejercida por distintos transportistas que se suceden en cada una de las reuniones. A mediados de 1928 asume la Presidencia y dirección del Centro, Don José Añon, figura fundamental  en este proceso de integración y defensa de los derechos de los propietarios de autobuses.
La flota de autobuses creció constantemente, lo que hizo que en poco más de dos años existiesen 483 unidades en circulación. 
El Municipio decide otorgar una letra para cada línea de autobús y así diferenciarlos de los números de los tranvías (ya que estas empresas reclamaron al respecto), suspendiendo además el otorgamiento de nuevas líneas y permisos hasta que se regularizaran los existentes y se constatara que era necesario aumentarlas.
Ese mismo año comienzan a formarse “cooperativas de consumo por línea” con el fin de unificar las compras y reducir el costo de las mismas. La primera de ellas se integra en agosto de 1928, la Cooperativa de Ómnibus de la línea "D".
Por otra parte, debido a la importante merma de usuarios sufrida en sus líneas, “La Transatlántica” resuelve retirarse del país y vende todos sus activos a la “Sociedad Comercial”.
Esta operación no es autorizada por el Municipio, obligando a que continúen operando como dos empresas diferentes, administradas por esta última.
A la coordinación interna de los servicios, las líneas y la formación de cooperativas se debe agregar el permanente contacto con las autoridades municipales con el fin de pautar reglas y formas de trabajo. 
Llegado el año 1931 la mayoría de las Cooperativas de Consumo se habían transformado en “Cooperativas de Recaudación por línea”, con lo cual se evitaba la competencia entre los coches, en cada una de las líneas. Permitiendo, a su vez, que se enfrentara corporativamente la crisis económica que ese año se abatió sobre la industria y el comercio del País.

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